Este es mi espacio de trabajo.
Un lugar lleno de vida, de proyectos, de sueños, de libros, de juguetes, de risas, de cámaras y luces.
Tradicionalmente los consultorios psicológicos presenciales son el lugar de encuentro con los pacientes. Mi consultorio presencial siempre había tenido sillones cómodos, juguetes, cuentos y un escritorio con una laptop y unos cuantos papeles mezclados (desde dibujos de mi hija y las notas para los post que voy a escribir hasta las breves notas que tomo en la consulta).
Hace tres años y medio, cuando decidí trabajar de lleno en mis servicios online , me di cuenta de que mi espacio debía cambiar. Que necesitaba iluminación, que la cámara debía ser mucho más potente, que mis libros podían estar cerca y que mis juguetes seguían siendo necesarios. Que mis hijos necesitaban también un espacio para los momentos en los que escribo. Poco a poco el espacio fue evolucionando.
Me di cuenta de que por fin la tecnología me facilitaba hacer grupos de apoyo online, hacer videos más rápido y llegarle a más gente. Así que mi laptop está llena de programas de edición de video , tengo un aula virtual potente y amigable y estoy suscrita a servicios que me permiten agilizar mi trabajo.
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